well, i found my heaven when i met her.} chloe moretz.
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well, i found my heaven when i met her.
5:20pm — casa de logan; miami — chloe sin puntito moretz.
La casa de Logan estaba completamente callada, eran las 17:20 de la tarde y las silenciosas paredes eran las únicas testigos de los nervios que atacaban al oji-azul. Había tomado el teléfono ya seis veces, marcaba el número y colgaba, sin siquiera esperar la respuesta del otro lado de la línea. Se sentía frustrado, y es que últimamente le costaba acercarse a la rubia más que nunca, llegando incluso a tener malas actitudes con ella. “Tranquilo, hombre, es sólo una amiga, no te pongas más idiota de lo que eres”, pensó, mientras se pasaba las manos por el cabello intentando aclarar su mente. Ese –se dijo- era exactamente el problema. Se suponía que Chloë era solamente su amiga, pero él no lo sentía así. ¿Qué otra amiga rondaba por su mente durante todo el día? Ninguna. ¿Con qué amiga sonreía tan sólo de verla? Ninguna. Es más, hasta sus amigos se daban cuenta de que él no miraba a la rubia como una simple amiga.
Inhaló y exhaló profundamente, decidiéndose a llamar por última vez. Tan sólo la invitaría a salir, como cientos de veces antes. No tenía que ser tan difícil, ¿cierto? Bueno, él esperaba que no.
Marcó con lentitud el número de la rubia, y en el último momento lo borró. No. Simplemente no podía.
El silencio del lugar no lo ayudaba, y mientras pensaba en eso, aquella ausencia de sonido fue rota por una notificación de WhatsApp, mencionándole que el plazo para pagar había sido extendido hasta el próximo año. Bufó, lanzando el celular lejos, hasta que una idea se cruzó por su mente, una que no se le había ocurrido hasta ese momento. Se levantó del sofá donde estaba y corrió a buscar su teléfono. Abrió la aplicación anteriormente mencionada y buscó el chat de Chloë. De inmediato le escribió:
“Hey, Enana, ¿tienes tiempo para salir hoy en la tarde?”
Sólo esperaba que si lo tuviera.
Inhaló y exhaló profundamente, decidiéndose a llamar por última vez. Tan sólo la invitaría a salir, como cientos de veces antes. No tenía que ser tan difícil, ¿cierto? Bueno, él esperaba que no.
Marcó con lentitud el número de la rubia, y en el último momento lo borró. No. Simplemente no podía.
El silencio del lugar no lo ayudaba, y mientras pensaba en eso, aquella ausencia de sonido fue rota por una notificación de WhatsApp, mencionándole que el plazo para pagar había sido extendido hasta el próximo año. Bufó, lanzando el celular lejos, hasta que una idea se cruzó por su mente, una que no se le había ocurrido hasta ese momento. Se levantó del sofá donde estaba y corrió a buscar su teléfono. Abrió la aplicación anteriormente mencionada y buscó el chat de Chloë. De inmediato le escribió:
“Hey, Enana, ¿tienes tiempo para salir hoy en la tarde?”
Sólo esperaba que si lo tuviera.
Re: well, i found my heaven when i met her.} chloe moretz.
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5:20 pm. — apartamento Chloë — logan egocéntrico lerman.
Había estado haciendo aseo en su apartamento, prácticamente todo el día. Pudo haber contratado a alguien para que lo haga, pero prefería hacerlo ella misma. Miró el reloj que colgaba en una de las paredes de la sala y vio que eran las 5:20 de la tarde. Le quedaba parte de la tarde y noche libre. No había hecho planes para ese día y no sabía qué hacer. Prendió la televisión y puso algún canal de música, mientras pensaba que podía hacer. Pensó en dormir, pero no tenía sueño, se le ocurrió la idea de llamar a alguna de sus amigas y así lo hizo, pero ninguna estaba disponible. Se le acababan las ideas, hasta que un nombre pasó por su mente. Logan.
Al pensar en él, sintió un escalofrió. Se suponía que ella sentía una especie de “odio” hacia él. Pero este último tiempo, ya no lo sentía así. Lo sentía más cercano siendo su amiga, pero no lo veía como un amigo. No sabía exactamente que sentía por él, pero si sabía que no lo quería como una amiga quiere a un amigo. Antes, estando cerca de él, no se sentía nerviosa, tímida ni nada, era todo lo contrario. Todo eso cambio, no sabe si para bien o qué, pero ya nada era lo mismo. Y todos se daban cuenta de ello.
Se fue a su habitación, tirándose a su cama. Mirando el techo, suspiró y se decidió por mandarle un mensaje para ver si estaba disponible esa tarde. Estaba por hacerlo, cuando le llego un mensaje de una prima, le respondió y fue a la aplicación WhatsApp. Buscó entre las conversaciones, el que tenía con él. Abrió el chat y vio que estaba en línea, escribió el mensaje, pero no se animaba a mandárselo. Últimamente era así, ni para eso tenía coraje, para mandar un simple mensaje, cuando antes lo hacía como si nada.
Se estaba por resignar a no mandarle nada, cuando sonó su celular avisándole de una nueva notificación. Desbloqueó su celular y vio que era un WhatsApp de él. De Logan. Era como si le hubiera leído la mente o algo.
Se rió por como la llamo, ya estaba resignada al hecho de que por más que no le dijera enana, él iba a seguir haciéndolo. Decidió responderle:
Al pensar en él, sintió un escalofrió. Se suponía que ella sentía una especie de “odio” hacia él. Pero este último tiempo, ya no lo sentía así. Lo sentía más cercano siendo su amiga, pero no lo veía como un amigo. No sabía exactamente que sentía por él, pero si sabía que no lo quería como una amiga quiere a un amigo. Antes, estando cerca de él, no se sentía nerviosa, tímida ni nada, era todo lo contrario. Todo eso cambio, no sabe si para bien o qué, pero ya nada era lo mismo. Y todos se daban cuenta de ello.
Se fue a su habitación, tirándose a su cama. Mirando el techo, suspiró y se decidió por mandarle un mensaje para ver si estaba disponible esa tarde. Estaba por hacerlo, cuando le llego un mensaje de una prima, le respondió y fue a la aplicación WhatsApp. Buscó entre las conversaciones, el que tenía con él. Abrió el chat y vio que estaba en línea, escribió el mensaje, pero no se animaba a mandárselo. Últimamente era así, ni para eso tenía coraje, para mandar un simple mensaje, cuando antes lo hacía como si nada.
Se estaba por resignar a no mandarle nada, cuando sonó su celular avisándole de una nueva notificación. Desbloqueó su celular y vio que era un WhatsApp de él. De Logan. Era como si le hubiera leído la mente o algo.
“Hey, Enana, ¿tienes tiempo para salir hoy en la tarde?”
Se rió por como la llamo, ya estaba resignada al hecho de que por más que no le dijera enana, él iba a seguir haciéndolo. Decidió responderle:
“Hey, edificio, claro que sí estoy libre ésta tarde, ¿planes?”
Re: well, i found my heaven when i met her.} chloe moretz.
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5:25 — casa de logan; miami. — chloë la enana.
Se rio al ver cómo la rubia respondía su mensaje. Por más que había intentado que dejara de llamarle Edificio, sabía que ella no lo haría hasta que el oji-azul dejara de llamarla enana, y eso no lo haría nunca. Pensó un buen rato a donde podría llevarla, habían tantos lugares, pero no sabía qué podría llamar la atención de la rubia. ¿Cine? No. ¿Un club? Demasiado ruido. Quería un lugar donde pudieran entretenerse y además, charlar. Había algo que debía decirle, algo importante. Era una de esas cosas que podrían decidirlo todo. Pero no quería pensar en eso, así que apartó el pensamiento de su mente y siguió buscando lugares.
De repente, se le ocurrió una idea. ¿Qué tal saltar en benji? ¿O hacer algún deporte extremo? ¿Ir a la nieve? No, estaban en verano, así que no había manera. Era como si cada idea para salir fuera errónea. Si seguía así, implemente la invitaría a su casa y ya.
En eso pensaba cuando se le ocurrió una idea.
Claramente no era algo peligroso. Juegos por doquier, luces, gente riendo. ¿Qué podría tener de malo? Sin esperar siquiera la respuesta de la muchacha, se calzó su cazadora, tomó su teléfono, las llaves del auto, su cámara y partió a buscar a la rubia.
De repente, se le ocurrió una idea. ¿Qué tal saltar en benji? ¿O hacer algún deporte extremo? ¿Ir a la nieve? No, estaban en verano, así que no había manera. Era como si cada idea para salir fuera errónea. Si seguía así, implemente la invitaría a su casa y ya.
En eso pensaba cuando se le ocurrió una idea.
“Enana, ¿no le tienes miedo a las alturas, cierto?”
Claramente no era algo peligroso. Juegos por doquier, luces, gente riendo. ¿Qué podría tener de malo? Sin esperar siquiera la respuesta de la muchacha, se calzó su cazadora, tomó su teléfono, las llaves del auto, su cámara y partió a buscar a la rubia.